En Colombia han saltado las alarmas. Se trata de un nuevo capítulo de las chuzadas, como se conocen en ese país a la interceptación ilegal de comunicaciones privadas por parte de las Fuerzas Militares y cuyo blanco serían ahora los negociadores del Ejecutivo en el proceso de paz con la guerrilla de las FARC que tiene lugar en La Habana. En este Enfoque analizamos este asunto y sus implicaciones con Mabel González Bustelo, periodista, analista e investigadora, y Fran Pérez, Secretario Federal de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos de Izquierda Unida. Las escuchas no autorizadas que han causado en las últimas horas la salida de altos mandos militares, entre ellos el Jefe de la Inteligencia y el director del Centro de Inteligencia Técnica de Colombia.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha señalado "fuerzas oscuras" como responsables de las chuzadas que buscan sabotear el proceso de paz. González Bustelo advierte que este es "un asunto de una extraordinaria gravedad en términos de política interna de Colombia, pero no es la primera vez que pasa". Además, este "espionaje es un torpedo contra la política del Gobierno basada principalmente en las negociaciones de paz". Fran Pérez observa "una continuidad de las políticas que ha venido aplicando el Estado colombiano durante décadas. Las mismas que apoyó Santos cuando era Ministro de Defensa de Álvaro Uribe. Ahora la cuestión es: por qué y para quién. Parece que el espionaje ha ido contra los miembros de los equipos negociadores tanto de las FARC como del propio gobierno colombiano".
Pérez apunta también a que "hay ruedas sueltas en el Ejército, pero con respaldo del establishment. No creo que lo lleven a cabo militares por su cuenta. Esas “ruedas sueltas” tienen el apoyo político de sectores uribistas". En este sentido Mabel González Bustelo advierte que "los militares están preocupados sobre las cuestiones que se aborden en el proceso de paz y si van a tener que responder ante la justicia los miembros del Ejército responsables de violaciones de derechos humanos cuando se firme el acuerdo final. También, los militares están preocupados cuando se cuestione la cantidad de miembros y fondos que va a tener el ejército colombiano en un futuro sin conflicto" y con unas Fuerzas Armadas colombianas sobredimensionadas.
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