Las primeras críticas surgieron sobre si se emitieron las alertas pertinentes a tiempo y si hubo problemas en la coordinación de los distintos niveles de Gobierno a la hora de tomar medidas ante la catástrofe. El gobierno Federal se empeña en echar balones fuera y culpar a las gobernaciones y municipios. La tragedia, que ha sacudido especialmente a los estado de Guerrero y Veracruz, ya ha servido para poner de manifiesto errores de planificación, construcción y la existencia de corrupción. Y mientras, Acapulco es la imagen de la desigualdad ante la destrucción: los turistas extranjeros fueron evacuados en unas horas, pero hoy todavía miles de mexicanos siguen aislados y sin recibir ayuda ni productos básicos. Hay además peligro de que los primeros brotes de enfermedades registradas en la zona se extiendan.
La periodista mexicana, Verónica Basurto, destaca "la descoordinación entre el Fondo de desastres, la Comisión del agua y el Gobierno Federal" y critica que Peña Nieto no "pusiera medios adecuados contra este drama previsto y constante" en el calendario del país norteamericano. Apunta también Basurto a la corrupción y al hecho de que "el jefe del Centro de Desastres poco antes de la catástrofe estuviera jugando en casinos de Las Vegas" en lugar de planificar las actuaciones y ayudas a la población".
Francisco Escobedo Escobar, miembro de la plataforma YoSoy132 Madrid, subraya que "el Gobierno no ha estado a la altura de las circunstancias" y añade que "esta catástrofe ha desvelado un entramado de corrupción gubernamental". Además, resalta Escobedo, lo más significativo es que volverá a repetirse la tragedia porque "el 95 por ciento de los municipios no cuentan con un sistema de protección ante emergencias".
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